lunes, 11 de febrero de 2013
El amor también se gasta...
Llega un momento de la vida, en el que pasas del todo al nada, en lo que antes te acusaba felicidad ya no te causa nada, en el que te quedas impasible ante quién deberías amar. Y es que las cosas acaban por gastarse, lo que era perfecto muestra su verdadera cara, muestra el lado que te saca de quicio, muestra esa peor parte de tí, que no deberías sacar con nadie, pero acabas sacando. Y te arrepientes, de ser tan tonta, de no ser capaz de aclarar tus sentimientos, de estar triste cuando deberías ser feliz. Pero no lo eres, tu propia vida te ha dejado sin alicientes, sin ganas, y más aún al darte cuenta de como es todo, de que los cuentos no existen, de que las princesas en la vida real son putas, de que las ilusiones vuelan rápido, y los sentimientos se van con ellas.
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