cuando uno es pequeño nace y le enseñan que la verdad tiene que ir por delante, que no se puede mentir y que hay que decir la verdad para ser "niños buenos"
nos obligan a contar los jarrones que rompemos, los examenes que nos hacían en el cole y nos salían mal...
maldita norma de falsedad, después cuando un niño quiere expresarse, cuando quiere decir lo que no le gusta, que personas no le gustan, que momentos o situaciones lo incomodan...
o cuando el niño crece, cuando ya rozando la adolescencia la niña o el niño tiene sus propias ideas, sus propias sensaciones, sus ideales, pues lo mandan a callar, negandole eso su sinceridad, su libertad tras haberle enseñado que se exprese que tiene que decir la verdad. Pero todo se esconde tras la maldita falsedad que domina nuestra vida, maldita falsedad autoimpuesta...
cuando la madre o el padre regaña al niño, por decir la verdad, por expresarse, pues lo que deben hacer es reñirse a ellos mismos por enseñarnos a ser sinceros...
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